Brecha – Italia: Obdulio vuelve a la cancha

En las elecciones internas de la centroizquierda italiana, que en octubre desginará al candidato que desafiará a Silvio Berlusconi en abril de 2006, el principal opositor de Romano Prodi, el neocomunista Fausto Bertinotti, sorprendió definiéndose como el nuevo Obdulio Varela y a su partido como el Uruguay del Maracaná.

En la Italia de 2005 hay que tener una gran cultura futbolística para entender esta sibilina frase del secretario del Partido de la Refundación Comunista, Fausto Bertinotti: ?Nosotros somos como el Uruguay del 50 y yo soy como Obdulio Varela?. La pronunció al lanzar su campaña para las elecciones internas de octubre, una novedad absoluta en Europa introducida por la coalición de centroizquierda italiana. A su lado, el periodista de origen brasileño Darwin Pastorín ?probable inspirador de la frase- tuvo que dar las necesarias explicaciones a los presentes. Bertinotti, llamado por muchos el ?subcomandante Fausto?, en referencia al zapatista Marcos, va haciendo su campaña contando en todo el país la historia del Mundial del 50 y del triunfo celeste.

Romano Prodi ganará casi seguramente las primarias previstas para el domingo 9 de octubre. Además de Bertinotti, que aspira a entre 12 y 15 por ciento de los votos, se postulan el candidato verde Alfonso Pecoraro, el ex juez de Manos Limpias, Antonio di Pietro, y el centrista Clemente Mastella. Prodi, jefe de gobierno entre 1996 y 1998 y en los últimos cinco años presidente de la Comisión Europea, tiene el apoyo de los dos mayores partidos de la coalición.

Silvio Berlusconi, mientras tanto, se prepara a su manera. Después del primer trasplante de pelo en agosto pasado y del lifting facial de la pasada Navidad, consideró políticamente irrenunciable un segundo trasplante capilar, un retoque, en una exclusiva clínica privada. Es su estilo y algunos lo aprecian. Sin embargo hay que preguntarse, cuando todos piensan que Italia puede sufrir un ataque terrorista, qué pasaría si en el caso de una infausta emergencia el primer ministro no pudiera presentarse en público por una cirugía estética.